La gestión del riesgo es uno de los pilares fundamentales del éxito en los mercados financieros. No importa qué tan acertada sea tu estrategia de trading si no manejas el riesgo de forma adecuada. Esta premisa quedó claramente demostrada en el experimento realizado por Ralph Vince, campeón del World Cup Trading Championship en 1987, quien puso a prueba a un grupo de personas bajo condiciones controladas de simulación. El resultado del experimento no solo dejó sorprendidos a los participantes, sino que también marcó una lección crucial para cualquier trader o inversionista.
Ralph Vince reunió a 40 doctorados universitarios que no tenían experiencia previa en gestión monetaria ni trading y los enfrentó a una simulación que replicaba una situación real de mercado. Este experimento consistía en:
El experimento también resalta un error común en la percepción de la probabilidad,
conocido como la falacia del jugador. Este fenómeno se puede ilustrar con el ejemplo
de lanzar una moneda:
Si lanzamos una moneda al aire y sale cara tres veces consecutivas, ¿qué pensarías que
saldrá en el siguiente lanzamiento?
La mayoría de las personas dirían “sello”, pensando que es más probable porque “ya ha
salido cara demasiadas veces”. Sin embargo, cada lanzamiento de la moneda es estadísticamente
independiente. Esto significa que la probabilidad sigue siendo del 50% para cara y 50%
para sello, sin importar los resultados anteriores.
En el trading, cada operación también es independiente. Una racha de pérdidas no aumenta
las probabilidades de que la siguiente operación sea ganadora. Basar decisiones en esta
falacia puede llevar a riesgos excesivos y pérdidas significativas.
El experimento de Ralph Vince nos deja una lección invaluable sobre cómo gestionar el riesgo para maximizar las probabilidades de éxito:
Esto asegura que puedas sobrevivir a una racha de pérdidas consecutivas.
Dividir el Capital de Forma Estratégica:
En el caso del experimento, dividir los $1000 en 100 partes iguales habría permitido
sobrevivir incluso si las primeras operaciones fueran todas negativas.
Aceptar la Incertidumbre:
El orden de las operaciones ganadoras y perdedoras es aleatorio, pero la esperanza
matemática positiva del sistema garantiza que, a largo plazo, se obtendrán beneficios
siempre que el riesgo esté bien gestionado.
Evitar Decisiones Emocionales:
No aumenta el tamaño de tus posiciones después de pérdidas consecutivas. Esta decisión
emocional es la causa principal de la ruina en los mercados financieros.
Responsable del apalancamiento:
Si utiliza apalancamiento, asegúrese de que su exposición no supere el porcentaje de
riesgo aceptado.
El experimento de Ralph Vince es un recordatorio claro de que un sistema ganador no garantiza el éxito si no se gestiona el riesgo adecuadamente. La clave para prosperar en los mercados no es predecir cada movimiento con precisión, sino controlar las pérdidas y permitir que las probabilidades jueguen a tu favor. El trading se fundamenta en probabilidades, no de certezas.
Un sistema con un índice de acierto del 60%: 60 operaciones ganadoras y 40 perdedoras.
Los participantes no conocían el orden de las operaciones ganadoras y perdedoras, simulando así la incertidumbre de los mercados reales.
Simulación realista:
La esperanza matemática del sistema era positiva; es decir, después de las 100 operaciones, cualquier persona que gestione correctamente su riesgo debería haber obtenido ganancias.
A pesar de que todos los participantes contaban con un sistema de trading con una ventaja estadística clara, los resultados fueron sorprendentes:
Esto plantea la pregunta:
¿Cómo es posible que, con un sistema ganador, la mayoría termine en pérdidas?
El problema principal radicó en cómo los participantes gestionaron su capital:
Aumentaron el riesgo después de una racha de pérdidas:
Muchos de los participantes, tras enfrentar una serie de operaciones perdedoras consecutivas, decidieron aumentar el tamaño de sus apuestas para “recuperar” las pérdidas.
Esta decisión ignoraba la probabilidad inherente del sistema, ya que asumían erróneamente que, después de varias operaciones negativas, la siguiente tenía mayor probabilidad de ser ganadora.
Rachas de pérdidas y desequilibrio emocional:
El sistema, aunque tenía un 60% de aciertos, no garantizaba el orden de las operaciones ganadoras y perdedoras.
El problema principal radicó en cómo los participantes gestionaron su capital:
Aumentaron el riesgo después de una racha de pérdidas:
Muchos de los participantes, tras enfrentar una serie de operaciones perdedoras consecutivas, decidieron aumentar el tamaño de sus apuestas para “recuperar” las pérdidas.
Esta decisión ignoraba la probabilidad inherente del sistema, ya que asumían erróneamente que, después de varias operaciones negativas, la siguiente tenía mayor probabilidad de ser ganadora.
Rachas de pérdidas y desequilibrio emocional:
El sistema, aunque tenía un 60% de aciertos, no garantizaba el orden de las operaciones ganadoras y perdedoras.
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